Desde lo más profundo de la fosa
invoqué, SEÑOR, tu nombre,
invoqué, SEÑOR, tu nombre,
y tú escuchaste mi plegaria;
no cerraste tus oídos a mi clamor.
Te invoqué, y viniste a mí;
«No temas», me dijiste.
Lamentaciones 3: 55 al 57
Enfócate en aquellas cosas que están sostenidas por la palabra de Dios, porque lo que tú sostienes con la Palabra del Señor tiene durabilidad. Declaro que esta Palabra que comparto contigo hoy da frutos que permanecen en tu vida.